miércoles, 2 de julio de 2014

ESTADO DE DERECHO VS. ESTADO DE POLICIA CON LA LEY 779




Masaya dos de julio dos mil catorce.
Siempre hay una lucha entre el Estado de derecho y el Estado de policía. El derecho penal se levanta como garantía de que el poder punitivo no se desborde, porque siempre que lo hace comete genocidios, masacres y holocaustos. Ya tenemos más de trece mil casos en proceso con la ley 779. Las cárceles están abarrotadas.
A favor del Poder Punitivo ilimitado se encuentra la policía nacional, por su carácter represivo, porque la idea de un poder punitivo sin contrapesos y sin control constitucional y judicial, atrae a la policía nacional, ya que significa su reinado, una situación donde vulneran los derechos humanos, constitucionales y legales de cualquier ciudadano sin tener que responder por alguna lesión o por daños y perjuicios. También atrae a quienes detentan los resortes del poder en un momento determinado.
Del otro lado se encuentra la sociedad que exige un Estado de Derecho, donde para castigar a alguien  (sea hombre o mujer) se le deben respetar las mínimas garantías procesales constitucionales. Y en un país donde existiera verdadera separación de poderes, también estaría a la par de la sociedad, un poder judicial que con la constitución y las leyes, regularía y controlaría los excesos de poder de los órganos de policía y fiscalía.
El derecho penal juega precisamente el rol de limitar el poder punitivo del Estado, porque si no existieran derechos para los gobernados,  el poder punitivo sería ilimitado para los gobernantes.
Por eso cuando el derecho penal nicaragüense sufrió una reforma a través de la ley 779, equivalió a decretar un Estado de emergencia contra los hombres por el simple hecho de nacer hombres,  significa una licencia otorgada por los legisladores a  la policía,  para que deje caer todo el peso de su represión contra el hombre que elijan. Puesto que quien va a capturar, llevar al imputado ante el juez, y entregar las evidencias al fiscal  (verdaderas, falsas o equivocadas) es la policía.
La ley 779 es un guante idóneo para un estado policíaco.  Lleva a los hombres acusados ante el juez en desiguales condiciones procesales, y los castiga con desigual medida. Es una ley más discriminante que la discriminación sufrida por las mujeres, porque no todas las mujeres sufren violencia ni le amputan sus derechos, en cambio con la ley 779  El señor Estado, encargado de garantizar la igualdad de todas las personas, discrimina  a todos los hombres negativamente  frente a la mujer.
No es con marchas ni con represión desmedida, es con una campaña educativa integral desde las guarderías infantiles, y con procesos justos, trato procesal igual, penas iguales entre hombres y mujeres, que se disminuirá el fenómeno de homicidios de mujeres.
 A menos que, la 779 sea de esas leyes penales que  como dijera Zaffaroni, se han  dictado para castigar a las capas más bajas, para dividirlos, para segregarlos,  y  no permitir a los más pobres unirse para tener un protagonismo político contra los desaciertos de sus gobernantes.
Si así fuera, entonces, la decisión política de perseguir y encarcelar a los hombres con procesos espurios, es un hecho político que divide y  destruye a la familia, y su derogación, se convertirá también en  objetivo político.
La ley 779 ha fracasado, porque solo ofrece detención injusta, expulsión del hogar arbitraria, largas penas de prisión, farsa de proceso a derecho, y violación a los más elementales derechos humanos de los hombres. Esta ley fortalece más el Estado de  Policía que vivimos.
Lic. DANILO A. MARTINEZ R.
PDTE, ASOCIACION DEMOCRATICA DE ABOGADOS DE NICARAGUA.
ADANIC.

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