Granada, 17 de mayo
2013.
Lic. Valentín
Barahona Mejía
Abogados de
Granada, Masaya, Managua, Matagalpa, ciudadanos, hombres y mujeres, con la asistencia
de unas 200 personas, la mayoría mujeres, por varias horas se plantearon frente
al edificio de la CSJ, exigiendo a la Sala Constitucional declare
anticonstitucional la ley 779. Hubo chicheros, personajes folclóricos, mantas,
pancartas con mensajes alusivos a la demanda. La protesta fue cívica y
pacífica, por varias horas estuvo matizada con la alegría propia del
nicaragüense. En la actividad se bloqueó brevemente el tráfico en la carretera
norte para luego dejar circular a los vehículos automotores.
Con el propósito de
boicotear el plantón, funcionarios del
poder judicial en número reducido (sindicato y algunas juezas de juzgados de
violencia), a lo interno del edificio instalaron una tarima con poderosos
altoparlantes a todo volumen, con música testimonial de los años 80, se
manifestaron en pro de la 779. En cierto momento los funcionarios públicos en
forma irresponsables, hacía gesto y manifestación irrespetuosas de provocación
contra los ciudadanos que se hallaban fuera del edificio, al punto que éstos se
acercaron al portón para responder sin perder la compostura.
Por orden de las
autoridades, las actividades laborales en la CSJ, fueron suspendidas, es decir,
los usuarios de la justicia no fueron atendidos ese día, el portón de entrada fue
cerrado, muchas personas no pudieron presentar escritos, otros que llagaban de
los departamentos a juramentarse como abogados
y notarios no lo pudieron hacerlo,
pues había que poner como fuerzas de choque a los empleados públicos del
poder judicial y así contrarrestar el plantón organizado y dirigido por el
gremio de los abogados.
Mientras las
personas que se manifestaron contra de la ley 779, de sus propios bolsillos
costearon gastos de transportación para llegar a Managua y pararse frente al
edificio de la CSJ, los funcionarios del Poder Judicial, montaron tarima,
contrataron altoparlantes, suspendieron labores de trabajo, algunas juezas de
los juzgados de violencia cerraron las oficinas para estar presentes como esquiroles,
todo ese gasto económico significó miles
y miles de córdobas, que corrió a cuenta de los impuestos que pagan todos los
nicaragüenses.
Los medios
televisivos y escritos dieron amplia cobertura al primer plantón contra la ley
779, en la actividad pudieron constar la forma burda en cómo se manipula al
pobre e indefenso empleado público, aun algunas juezas de los inefables
juzgados de violencia que estuvieron presentes dentro del edificio de la CSJ,
confrontando a a simples ciudadanos que ejercían el derecho constitucional a
protestar cívicamente, no se percataron ni tienen conciencia que en la polémica
contra la ley 779, por su envestidura de juzgadores en materia criminal, a
ellos le es impropio que ante la opinión pública sean identificados como juez y
parte y por tanto queda en entredicho la supuesta imparcialidad de que deben de
estar revestidos en cuanto a la administración de justicia.
Pero bueno,
lamentablemente la historia del empleado público en este país, ha sido siempre
la misma, el ser utilizado como marioneta con fines politiqueros, pues de no
acatar las órdenes de los burócratas superiores, de no ir a movilizaciones,
marchas, plantones, de no ser fuerza de choque, como ocurrió el 16 de mayo con
los funcionarios de la CSJ, lo que le espera al pobre funcionario es la carta
de despido y por ello se dejan manipular obligándolos a defender causas e intereses
que no son los genuinos.
El plantón de los
abogados el 16 de mayo, es sola un primer golpe de otras acciones que están por
venir en el futuro. Este es un dardo dirigido
al corazón de la ley 779. Los apologistas de la ley se hallan cuan desconcertados,
los argumentos a favor se están agotando, ya no pueden parar el tsunami que se
les viene encima, puesto que no solo los hombres protestan, sino que miles de
mujeres también rechazan la legislación. Los sectores dogmaticos jamás
esperaban una reacción beligerante de la sociedad, están estupefactos nunca
habían visto tanto rechazo y repudio contra una ley, ni siquiera tal fenómeno
se vio cuando fue derogado el aborto terapéutico y esto se debe a que hay una
defensa cerrada y omnímoda a favor del núcleo fundamental de la sociedad como
lo es la familia.
El autor es abogado
y notario
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